Los Cayos de Florida y caimanes en los Everglades

Amanece sobre Miami, aunque nosotros seguimos durmiendo… nos levantamos un poco más tarde de lo previsto para iniciar nuestro recorrido por los Cayos de Florida. Desayunamos nuestra habitual rosca de pan con mantequilla y mermelada, zumo y plátano, todo ello incluido en el South Beach Hostel. Acto seguido, abandonamos Miami Beach en nuestro Hyundai con la idea de hacer noche en Key West, extremo más suroeste de los Cayos y población más importante de los mismos, para volver el día siguiente a Miami.

Tiburón blanco en Islamorada

Tiburón blanco en Islamorada

Así pues, tomamos la carretera 1 en dirección sur, la cual lleva a Key West en unas 3 horas (sin parar, lo cual, por supuesto, no iba a ser nuestro caso). Atravesamos toda la zona sur de Miami hasta llegar a Florida City, punto a partir del cual empiezan a desaparecer los edificios para dejar paso a zonas pantanosas que forman parte de la sección sureste del parque nacional de los Everglades. Vamos atentos a la carretera debido a la señal de “precaución, caimanes”. No llegamos a divisar ninguno ese día, pero todo llegará…

Abandonamos la Florida continental para adentrarnos en Key Largo, el primero de una larga lista de cayos, los cuales, a pesar de ser islas separadas del continente, están unidas mediante los puentes que conforman la carretera 1 hasta Key West. Nos detenemos en un punto de información turística que resulta ser una empresa privada que trata de vender sus excursiones, las cuales no nos convencen por su elevado precio, a pesar de que parecen interesantes (sobre todo relacionadas con deportes y actividades náuticas en Key West, aunque en dicha población se pueden obtener mejores precios para las mismas). A pesar de ello, obtenemos un valioso mapa de los Cayos donde nos señalan varios puntos de interés en los que conviene parar. Aprovechamos para comer en un Subway cercano (en Florida, encontraremos esta franquicia de comida rápida en todas partes).

Un poco de basket

Un poco de basket

Continuamos nuestro recorrido hasta Islamorada, donde pararíamos el día siguiente durante el camino de vuelta para hacernos fotos con un par de curiosas estatuas de tiburones blancos, una de ellas colgada en el puerto como si acabase de ser pescado, y otra situada en el Mangrove Café, ambas visibles desde la carretera. También en el camino de vuelta, paramos en una pequeña pista azulada de baloncesto provista de balones y situada unas millas más al sur, a fin de quemar un poco de adrenalina… aunque lo que realmente quemaba era la propia pista debido al abrasador sol de ese día, ¡es lo que ocurre cuando uno lleva chanclas y no le queda más remedio que jugar descalzo!.

Prosiguiendo por la carretera 1 hacia el sur, efectuamos nuestra siguiente parada en el Robbie’s Marina, situado a mano derecha nada más entrar en el Lower Matecumbe Key. Aquí podemos encontrar gran cantidad de puestos donde venden todo tipo de souvenirs y, como atracción estrella, podremos alimentar a unos enormes peces (algunos de más de un metro de longitud) conocidos aquí como “tarpons”, por el módico precio de 3$ el cubo de comida, compuestos por restos de otros tipos de pequeños peces. Aquí, el verdadero valor reside en no retirar la mano cuando los tarpons salten a por los pececillos que sostendremos con la misma. Sentir cómo engullen tu mano y arrastran la comida es una experiencia curiosa, a la par que recomendable. No hay peligro, los tarpons no tienen dientes, aunque el interior de su boca es muy duro. Es difícil describir esta experiencia, ¡lo mejor es que lo comprobéis por vosotros mismos!.

Descanso en Robbie's

Descanso en Robbie’s

Al final del propio Lower Matecumbe Key se encuentra Anne’s Beach, una de las playas que nos recomendaron en el punto de información pero que provocó en nosotros cierta decepción, ya que, aunque es muy natural, realmente no existe apenas playa, ésta estaba excesivamente cubierta de algas secas, y el fondo de la misma una vez nos adentramos al agua es muy fangoso. Prescindible, a nuestro parecer.

Acto seguido, atravesamos Long Key y Marathon (población de tamaño suficiente para ofrecer diferentes opciones para parar a comer o a comprar). Tras atravesar esta localidad, nos adentramos en el famoso puente de las 7 millas que, como su propio nombre indica, se extiende 7 millas sobre el mar regalándonos unas bonitas panorámicas de las diferentes tonalidades del mismo en estas latitudes. El propio viaje en carretera por los Cayos de Florida es, sin duda, uno de los mejores alicientes de esta excursión. El puente finaliza prácticamente en Bahía Honda, la que tiene fama de ser la playa más bonita de los Cayos. Desafortunadamente, no pudimos comprobarlo por falta de tiempo y por el hecho de tener que pagar para acceder (5$ creo recordar).

Más tarde atravesamos Big Pine Key, donde hay un par de reservas naturales que desconozco si pueden ser visitadas, para, después de atravesar varios cayos más, llegar finalmente a Key West, cuyo nombre original y en español es Cayo Hueso, debido a los huesos de anteriores pobladores de la zona encontrados por los conquistadores.

Atardecer desde Mallory Square

Atardecer desde Mallory Square

Llegamos con el tiempo justo para dejar el coche en un parking situado en Simonton St (toda la noche por 20$), y acudir rápidamente a Mallory Square para ver la puesta de sol más famosa de los Cayos de Florida frente al mar y su característico olor. Gran cantidad de gente acude a este evento cada atardecer a eso de las 20:00 h, lo cual propicia todo tipo de charlas entre los presentes y un muy buen ambiente reinado por la tranquilidad y el sosiego. El sol va cayendo lentamente tras las palmeras que reinan el Sunset Key, hecho interrumpido constantemente por el cruce de embarcaciones de todo tipo cuyos tripulantes acuden a ver el espectáculo. Recomiendo disfrutar de este mágico ambiente en compañía de una buena Key Lime Stewarts (riquísima bebida de lima que se puede adquirir en las tiendas de alimentación de la zona). Yo así lo hice…

Probablemente, el momento más especial de la excursión a los Cayos y, sin duda, uno de los mejores de todo el viaje a Florida. Inolvidable.

Tras la caída del astro rey sobre el horizonte, bajamos hacia el sur de Key West atravesando la animadísima Duval St, plagada de restaurantes, tiendas, pubs y todo tipo de locales dedicados al ocio y donde, si uno quiere, la noche se puede alargar mucho… así pues, finalmente llegamos al señalado como el punto más al sur de Estados Unidos continental, donde podemos observar un hito que conmemora este hecho (situado en la esquina entre Whitehead St y South St). Aquí conocimos a José, un exiliado cubano que lleva 10 años viviendo en las calles de Key West, un buen tipo con el que estuvimos un rato hablando sobre temas diversos, incluyendo política y situación en España, Cuba y Estados Unidos, y con el que nos volveríamos a encontrar más tarde nuevamente, subiendo Durval St.

José, un buen tipo

José, un buen tipo

Dado que no encontramos un alojamiento que nos convenciera (sobre todo en cuanto al precio se refiere, esta población es extremadamente cara en ese aspecto), decidimos volver al parking para dormir en el coche, toda una aventura… más teniendo en cuenta el susto que nos dieron un grupo de “borrachos” a altas horas de la madrugada, sin que la situación llegara a mayores…

A la mañana siguiente, nos hicimos varias fotos por el centro del pueblo y bajamos a ver el faro y la casa del célebre escritor Ernest Hemingway, ambos de interés histórico y situados en Whitehead St, cerca del cruce con Olivia St. Después, iniciaríamos el camino de vuelta a Miami, no sin antes parar en Smathers Beach (situada al sur del aeropuerto) a darnos un chapuzón en sus aguas cristalinas y disfrutar de su arena blanca. Muy bonita, teniendo en cuenta que las playas no son el punto fuerte de los Cayos de Florida, a falta de ver Bahía Honda, claro está…

Recorrido por los Cayos (click para ampliar)

Recorrido por los Cayos (click para ampliar)

Un viaje a Florida nunca sería completo sin visitar el Parque Nacional más grande e interesante que alberga: los Everglades. Así pues, dos días más tarde de volver de los Cayos, partimos nuevamente de nuestra “base de operaciones” en Miami Beach, el South Beach Hostel. La forma más sencilla de llegar a los Everglades es continuar por la SW 8th St hacia el oeste, la cual deriva en la carretera 41. También se puede acceder por Homestead o, desde la costa oeste, por el otro extremo de la 41.

Tortuga de caparazón blando

Tortuga de caparazón blando

A medida que nos vamos aproximando al Parque Nacional, empezamos a divisar los primeros caimanes a lo largo del río que discurre paralelo a la carretera. Realmente esta zona esta plagada de este tipo de animales, hay muchísimos, es fácil verlos. Llegamos hasta la población de Miccosukee, donde se puede visitar el Indian Village (aunque nosotros no lo hicimos, preferíamos tomar un airboat por los pantanos). Poco antes de llegar a la población, hay una salida a mano izquierda que conduce hasta el centro de visitantes Shark Valley. Desde el mismo, se pueden alquilar bicicletas por un precio excesivamente elevado o bien iniciar el Shark Valley Track a pie aunque, teniendo en cuenta sus 15 millas de longitud, probablemente sólo recorramos una pequeña parte. Aunque así sea, merece la pena, podemos avistar animales muy interesantes. Entre ellos destacamos diferentes tipos de aves como ibis o varios tipos de garzas, tortugas de vientre rojo y varios encuentros con simpáticas tortugas de caparazón blando, de considerable tamaño y peso y provistas de un morro fino que recuerda al de un cerdo, las cuales no pusieron mucho impedimento en dejarse coger y no parecían asustarse por estar en nuestras manos. Nos regalaron momentos muy entrañables…

Peligroso acercamiento...

Peligroso acercamiento…

Sin embargo, el avistamiento estrella durante nuestro recorrido por Shark Valley aún no había llegado. Nos cruzamos con un grupo de turistas franceses bastante animados que nos informaron sobre la presencia de un alligator (nombre que reciben aquí los caimanes) acompañado de sus crías tras doblar la próxima curva del camino. Continuamos, pues, y nos topamos con el animal, su cabeza apareció repentinamente ante nosotros tras un arbusto. Se encontraba tumbada (suponemos que era la madre de los pequeños y, por lo tanto, una hembra) a un lado del camino, inmóvil y bastante tranquila. Sin embargo, su sóla presencia ya infundía un respeto considerable, a pesar de no ser demasiado grande para su especie. Decidimos acercarnos a poco más de un metro para tomarnos fotos con ella, con la consiguiente congoja adueñándose de nosotros. Tony decidió tocarle la cola (conducta poco o nada recomendable a seguir en estos casos), a lo que ella reaccionó inmediatamente volteando y levantando la cabeza, propiciando una rápida huida por parte de mi compañero de viaje…

Airboat

Airboat

Así pues, dimos por concluida la visita a Shark Valley y decidimos volver al coche para buscar el tour en airboat (embarcación que flota sobre los pantanos impulsada por una enorme hélice situada en su parte posterior superior) que más se ajustase a nosotros, preferíamos que fuese una embarcación pequeña para poder disfrutar mejor y más tranquilamente de los animales. Tras analizar varios de los muchos negocios disponibles a lo largo de la carretera 41 para este fin, decidimos contratar el tour en Buffalo Tiger’s Airboat Tours por 22$ por persona con una duración aproximada de media hora. El servicio y nuestro guía, Erni, fueron excelentes. Sólo el hecho de recorrer los pantanos colindantes a los Everglades en esta embarcación a velocidades relativamente altas resulta muy excitante. Hay que recordar que esta práctica esta prohibida dentro del recinto del Parque Nacional, ya que este tipo de embarcaciones puede dañar el ecosistema o incluso a los animales, aunque deseamos que no sea lo común. Ésta es la razón de que sólo podamos realizar este tipo de tours en la periferia del Parque. Realizamos diversas paradas en el recorrido para atraer la atención de varios alligators con un extraño sonido que bien pareciera ser de origen animal realizado por nuestro guía y bautizado por nosotros como “la llamada del alligator”, la cual sería blanco de diversas bromas a lo largo del resto del viaje…

Nuestro guía jugándose el tipo

Nuestro guía jugándose el tipo

Ver a estos animales en el agua a tan sólo centímetros de nosotros resulta admirable, contemplar como abren sus fauces y, sobre todo, la velocidad y fuerza que imprimen al detectar la comida en sus lenguas y cerrarlas a modo de trampa mortal, así como el chasquido que producen… es algo absolutamente impresionante. No me gustaría que un brazo mío tuviera que pasar por allí…

“Visitamos” a otra hembra con sus crías, un macho de dimensiones bastante respetables, y un grupo de varias hembras que incluso nos obsequiaron saliendo del agua y que pudimos observar andando. Divisamos, también, varias islas situadas en mitad de los pantanos provistas de cabañas y poblados de antiguos indios nativos americanos, cuya historia nos fue relatada también por el guía, Erni. En cada isla vivió una familia, y éstas se alimentaron durante generaciones con los recursos del pantano, hasta que decidieron explotarlo también de manera turística, ya en épocas más modernas. Éste es el origen de los airboat tours, y del nombre de la compañía elegida por nosotros, Buffalo Tiger, primer nativo en llevar a cabo esta idea. Como prácticamente en el resto de Estados Unidos, ya no queda ninguno de ellos en su tierra materna, y sus descendientes han sido integrados con mayor o menor éxito en la sociedad moderna norteamericana, prácticamente haciendo desaparecer su cultura y sus raíces, triste hecho que azota a muchas otras partes y culturas del mundo, y que probablemente ya no tenga solución…

Así concluye nuestra visita a los Everglades y nuestra estancia en Miami. Volveríamos casi solamente para coger el avión de vuelta a Madrid, pero antes nos quedaba un interesantísimo recorrido en coche por Florida…

Magnífico ejemplar de caimán macho

Magnífico ejemplar de caimán macho

5 respuestas a Los Cayos de Florida y caimanes en los Everglades

  1. Pingback: Continúa la aventura…playa, puestas de sol y alligators…los Cayos de Florida y los Everglades | Destino Kiwi

  2. Mercedes,vivo en Sarasota,Florida dijo:

    Felicidades! Muy claro y entretenido.Muchas gracias por todas las recomendaciones.

  3. MArtin dijo:

    Muy interesante el relato, quisiera hacerles una consulta. Viajaron de noche por la autopista que va de Miami a Key west?

    • destinokiwi dijo:

      Gracias Martin, la respuesta es no. Viajamos por la mañana, y volvimos al día siguiente, ya que hicimos noche en Key West. Si te puedo ayudar en algo, no dudes en preguntar. Un saludo

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